Del como dejas de amar tus zapatos...
El verano recién pasado, en nuestro viaje a Valdivia con E. se nos ocurrió pasar al mall antes de venirnos de regreso. La verdad es que ninguno de los dos sabe el por qué de dicha visita.
Cuál sería nuestra sorpresa al encontrar más de mil millones de ofertas irresistibles [1]. El hecho es que compramos muchísimas cosas que necesitábamos para ser felices [2] como zapatillas de calle, chalas para playa, chalas para calle, zapatos para trabajar y poleras. De ahí destaco la compra de mis zapatitos que, hasta el día de ayer, eran mis favoritos en mucho tiempo.
Transportémosnos ahora al día de ayer, Lunes 6 de Julio de 2009. Eran cerca de las 13.30 horas cuando me disponía a ir a almorzar. Bajando la escalera que se encuentra mirando al estacionamiento de mi trabajo tuve la mala ocurrencia de resbalarme en un escalón que no tenia protección antideslizante...
Fue en el instante mismo en que mi cuerpo entraba en contacto directo con el borde de la escalera metálica cuando putié contra la madre de aquél diseñador de zuelas de zapatos.... y ahí mismo dejé de amar a mis zapatos [3].
__________________
[1] Si, lo confieso: Es bastante fleto decir y pensar que existan ofertas irresistibles.
[2] Quien me conozca en persona, sabe a qué me refiero
[3] Si querido lector... me dolió muchísimo.
Cuál sería nuestra sorpresa al encontrar más de mil millones de ofertas irresistibles [1]. El hecho es que compramos muchísimas cosas que necesitábamos para ser felices [2] como zapatillas de calle, chalas para playa, chalas para calle, zapatos para trabajar y poleras. De ahí destaco la compra de mis zapatitos que, hasta el día de ayer, eran mis favoritos en mucho tiempo.
Transportémosnos ahora al día de ayer, Lunes 6 de Julio de 2009. Eran cerca de las 13.30 horas cuando me disponía a ir a almorzar. Bajando la escalera que se encuentra mirando al estacionamiento de mi trabajo tuve la mala ocurrencia de resbalarme en un escalón que no tenia protección antideslizante...
Fue en el instante mismo en que mi cuerpo entraba en contacto directo con el borde de la escalera metálica cuando putié contra la madre de aquél diseñador de zuelas de zapatos.... y ahí mismo dejé de amar a mis zapatos [3].
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[1] Si, lo confieso: Es bastante fleto decir y pensar que existan ofertas irresistibles.
[2] Quien me conozca en persona, sabe a qué me refiero
[3] Si querido lector... me dolió muchísimo.
Comments
Insisto en la necesidad de demandar al encargado de seguridad de la u, pero lamentablemente no conviene....
Besos!!
En la nota no comentas las consecuencias, pero puedo leer que te duele la espalda, asi que ánimo con eso y espero que vuelvas a trabajar mucho mejor.
Un abrazo.
JAJA..
saludos inge!!
Barend de El Salvador :)